Categoría: Psicoterapia

Terapias de primera y segunda Generación

Características de las Terapias de Primera y Segunda Generación

Lo que distingue a la terapia de la conducta de primera generación tiene que ver con el enfoque ambientalista y la evaluación de su eficacia. Esta mirada ambientalista hace énfasis en el carácter condicionado o aprendido de las respuestas a los estímulos del ambiente. Esto lo explica por el aprendizaje histórico que ha tenido la persona. En esto se diferencia del psicoanálisis y su mirada intrapsíquica.

La terapia de la conducta clásica (1er generación), tiene dos técnicas

En el condicionamiento clásico la Desensibilización Sistemática (DS) y la Exposición prolongada con prevención de respuesta (EP).

Estas técnicas apuntan a la extinción de las respuestas condicionadas. La DS se basa en una exposición progresiva a las situaciones ansiógenas con el fin de ir bajando los niveles de ansiedad o miedo, generando respuestas adaptativas. La EP expone de forma plena hasta la extinción o habituación.

En cuanto al condicionamiento operante lo más importante es el análisis funcional de la conducta. Se identifican los comportamientos más importantes junto con los estímulos desencadenantes o antecedentes en estas situaciones y sus efectos.

Se resumen en el esquema A-B-C (antecedente – Conducta – Consecuencia)

Se representa como el Estímulo Discriminativo por un lado (Ed), tras el que aparece una conducta (C ), y los efectos que tienen carácter reforzador cuando fortalecen una conducta o castigador si extinguen un comportamiento ( R).

Este análisis funcional mediante las técnicas de la modificación de la conducta intenta cambiar las condiciones que anteceden a la misma (controlar estímulos), y el llamado manejo de contingencias (condiciones consecuentes o efectos de la conducta).

En cuanto a las Terapias de 2ª Generación se refieren a la influencia que tuvieron los enfoques cognitivos sobre la terapia de la conducta o conductismo a partir de la década del 70 del siglo XX. Surge la Terapia Cognitivo – Conductual.

Una característica central del nuevo paradigma de las terapias de 2ª Generación (TCC), es que se introduce un elemento entre estímulo y respuesta comportamental. Este elemento tiene que ver con procesos cognitivos, representacionales que pueden pensarse como procesamiento de la información.

Ejemplos de terapias que ya venían marcando la historia desde 1960 pasaron a ser parte importante de estas terapias de 2ª generación: Terapia cognitiva de Beck y Terapia Racional Emotiva de Ellis.

La Terapia Cognitiva de Beck: se caracteriza por el Modelo A-B-C que fue introducido por Ellis. A, se refiere a los hechos o eventos que suceden en la vida, B son las creencias , pensamientos o cogniciones que las personas tienen acerca de estos eventos (A ), y C tiene que ver con las consecuencias o efectos que suceden a nivel emocional y conductual.

En esta terapia se intenta que la persona pueda ver que sus problemas tienen que ver con B (creencias), es decir, lo que cree sobre A. Sus problemas no tienen que ver directamente con A, ejemplo, una pérdida, una crisis, conflictos y otros hechos.

Esta mirada teórica supone que las personas tienen esquemas aprendidos que generan conductas automáticas y formas de ver y pensar el mundo. Esto produciría emociones y conductas que llevan a la persona a por ejemplo, una depresión.

La terapia se basa entonces en hacer notar a la persona este problema y que pueda problematizar estas creencias y forma de ver las cosas. Esto se hace mediante la confrontación de los pensamientos “depresógenos” o que producen efectos problemáticos y la adopción de otros pensamientos más adecuados a la realidad.

Terapias de Tercera Generación. Terapias Contextuales

En Qué Consisten las Terapias de Tercera Generación

Terapias de Tercera Generación o Contextuales

Las Terapias de 3ª Generación (TTG), basan su fundamento en el paradigma contextual. Llamado también, contextualismo funcional. Se contrapone a la mirada intrapsíquica para explicar los comportamientos. Los explica en base a miradas interactivas, contextuales y funcionales. En esto se diferencia de la terapia cognitivo – conductual. El trastorno no está dentro de una persona sino que la misma se halla en situaciones problemáticas y determinados ambientes o contextos, cumpliendo además funciones determinadas.

Se hace hincapié en el rol de las estrategias de cambio experienciales y contextuales. Tenemos dos principios claves para las intervenciones terapéuticas de las TTG que son la Aceptación y la Activación. El primero se refiere a abandonar la búsqueda de bienestar permanente que a su vez, genera la llamada “Evitación Experiencial”. Esto quiere decir, aceptar los síntomas y el malestar como parte de la vida o experiencia vital normal.

La Activación se refiere a que la persona ya no va a dirigir esfuerzos hacia evitar el malestar sino que va a realizar acciones transformadoras de su realidad en la dirección de sus metas de vida. La eficacia de este tipo de terapia va a estar dada por los logros personales de la persona partiendo de poder tener claros sus valores. No tiene que ver con los síntomas eliminados.

Además es importante lo que tiene que ver con poner el foco de atención en el momento presente de la vida de la persona. Se enfoca en la función psicológica que cumplen los eventos concretos (por ejemplo, pensamientos). Se trata de analizar y alterar el contexto verbal de los que estos eventos cognitivos resultan un problema. Esto se realiza mediante metáforas y otros ejercicios y técnicas como las paradojas y ejercicios experienciales. Se intenta que la persona se percate de que intentar controlar los pensamientos es parte del problema. 

Es importante para este enfoque terapéutico apuntar hacia la flexibilidad psicológica. Esto implica la aceptación en contraposición a la evitación experiencial, la activación conductual con acciones comprometidas contrapuesto al bloqueo o inactividad, vivir el momento presente y no estar anclado en el pasado o futuro, la defusión cognitiva contrapuesto a la fusión cognitiva, el yo como contexto contrapuesto al yo como concepto, la clarificación de valores contrapuesto a una vida sin dirección.

Este concepto de flexibilidad psicológica parte más desde la Terapia de Aceptación y Compromiso que es una de las más importantes de las TTG. Tenemos también la Terapia Analítica Funcional, Terapia Dialéctica Conductual, Terapia Analítica Funcional, Terapia de Activación Conductual, Terapia Breve, y otras que se entrelazan como Mindfulness, Sistémica.

¿A qué se refiere la innovación de la psicología clínica de las terapias de tercera generación? 

Las TTG han innovado en lo que tiene que ver con la alternativa que brindan en relación a la pluralidad terapéutica y los sistemas diagnósticos. La “Hiperreflexividad” es una de las características que se plantean como aspecto común de varias patologías o estados de salud mental. 

Además, se plantea una visión diferente en cuanto a no tomar como tan importante los diagnósticos tradicionales como por ejemplo los del DSM. Esto quiere decir que al haber una insatisfacción con los sistemas diagnósticos del modelo médico, el modelo contextual plantea dimensiones comunes transdiagnósticas (Hiperreflexividad). 

Para ello se apoya también en la eficacia que han tenido los abordajes médicos tradicionales como el de la medicación psiquiátrica, los que no han tenido una eficacia comprobada y que incluso la industria farmacéutica no ha continuado con la investigación. Si bien no se contrapone al modelo médico, el enfoque contextual viene a mejorar o renovar este abordaje terapéutico.