Terapia Psicológica

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Psicólogo para Tercera Edad

Cómo Aborda el Psicólogo la Vejez

Psicología de La Vejez

Cuando era estudiante de psicología y le conté a una compañera estudiante que iba a realizar la práctica clínica en el llamado en aquel entonces, «Servicio de Psicología de la Vejez», su respuesta fue “Puàj !!” , acto seguido dijo: “qué asco!”. Esta respuesta de la compañera de quien, esperemos, su primer paciente no sea un «veterano», no es más que la expresión de un integrante de la sociedad.

Una sociedad que ubica en un sitial de «desecho» a los viejos, un rechazo en general a lo que en algún momento todos vamos a ser o llegar: la tercera edad. Esto se enmarca en una sociedad que construye en su imaginario colectivo, por medio de los principales productores de subjetividad, un culto a la productividad a “lo bello” o «hermoso» y a la «juventud».
Por supuesto, “lo bello” se determina en ciertos parámetros que no son las características que tiene el “ser viejo”.

El miedo a la muerte puede tener relación o asociarse a este rechazo a la vejez, pero esto, ¿no es una construcción también?. Es posible ser joven y morir, se puede «vivir muertos» o mejor dicho, ser unos “muertos vivientes”; ¿por qué el ser viejo se asocia a la muerte?. ¿Es posible que se lo asocie a la etapa de la jubilación y por lo tanto a la no “productividad” que esto conlleva en el marco de una sociedad de mercado o capitalista como la que vivimos?

Es frecuente escuchar este tipo de frases en alguna oportunidad con connotación negativa: “eres un viejo!”, “eres un amargado”, hasta como un insulto. Además han jugado el rol de chivos emisarios en la sociedad.  Quién no ha escuchado en alguna oportunidad: “la culpa es de los viejos, hay que matarlos a todos”.

Atención a la Vejez

Estos son ejemplos de los muchos que podríamos expresar para tener una idea del sitial que ocupan estos seres humanos en la sociedad: el “fondo de la bolsa”, un desprecio en general, ser viejo “es feo, horrible”, así es vivido por todos, incluso por los “pobres viejos”.

La Doctora Graciela Zarebski en un artículo de la revista Tiempo (Zarebski, 2005), en una cita a Santiago Kovadloff expresa que: “En la vejez ajena se detestan las acechanzas de la propia. Ella es el espejo imperdonable en que nuestro sueño narcicista de eternidad se desvanece. Por eso suele ponerse más empeño en rehuir esa experiencia descorazonadora, que en replantearla, comprendiendo su sentido esencial ”.

El incremento de la longevidad de años ha configurado “la vejez”o «Tercera Edad». Un nuevo campo de problemáticas se ha creado para su abordaje ya que “la vejez”, al mismo tiempo, ha desencadenado subjetividades múltiples, formas de hacer, ver, pensar y sentir así como también de procesos de “enfermar”. Es en este punto que desde la ciencia y los diferentes ámbitos de la salud se hace el intento de abordar a este “ser humano viejo”.

En la vida se nace, se vive y se muere, de esto no hay duda, al menos demostrable. Pero ¿cómo se vive?, ¿es esto tan lineal?.

La realidad es que tenemos viejos, muchos, y que nosotros vamos a serlo, tal vez en algún momento y que se puede asociar la vejez a una etapa de la vida en la que se puede ser feliz en el sentido de ser un sujeto autónomo, con proyectos, con deseos, sanos física y mentalmente (caso ideal), o ser como sucede mucho, un “enfermo” con problemas somáticos, mentales y cognitivos.

El ejemplo enigmático más grave y extremo son las “Demencias” como el estado de deterioro global que puede se puede sufrir. Pero lo que, como psicólogos lo que tenemos que abordar, más allá de que como todo problema complejo se precisa un abordaje integral o multidimensional, es lo que tiene que ver con la subjetividad.

Cómo las formas de ver, pensar, sentir y actuar construyen un “viejo” y aquí juegan un papel fundamental los productores de subjetividad, los grandes medios de comunicación, las instituciones como por ejemplo la ciencia; que hacen a una sociedad de mercado o en el marco de un capitalismo mundial integrado.

Qué sujetos está produciendo esta sociedad y qué enfermedades se desarrollan como correlato de ésta. Pienso en este punto con esta lógica y no la patología o enfermedad como un proceso intrínseco de un individuo. Los abordajes en salud y la ciencia en su gran mayoría, funcionales al mercado capitalista han establecido lógicas y verdades en relación a formas de estudiar ciertas problemáticas (enfermedades por ejemplo), así como las formas de abordarlas.

Psicología de la Vejez

Aquí tenemos entonces, dos aspectos, por un lado, el “ser viejo” con la subjetividad que conlleva esta cualidad, y por otro lado los dispositivos que tratan de abordar las problemáticas que se desarrollan a partir de determinadas cualidad/es que se configuran.

La mirada multidimensional de la vejez

Aquí me gustaría articular aportes que ciertos investigadores y profesionales (denominémoslos “contra-hegemónicos”) han desarrollado para el abordaje de problemáticas que tienen que ver no sólo con la vejez (más allá que se presenten en cierta edad), sino al ser humano en general.

Los considero “contra-hegemónicos” en el sentido que tienen una línea de trabajo que trata de integrar los diferentes enfoques y miradas, una línea de trabajo global y contextualizadora; en contraposición a una línea “dura” y hegemónica que fundamentalmente es positivista y biologicista, que tiene una concepción del ser humano y sus problemáticas como intrínsecas y propias de él y que a su vez actúa y piensa desde una intervención sesgada sólo hacia esos procesos intrínsecos que derivan en síntomas patológicos. Esto tiene que ver con la lógica farmacológica como modelo de intervención y tratamiento.

Este paradigma positivista, excluye otras perspectivas de abordaje de las problemáticas, no apunta a la interdisciplinariedad.

Esta mirada hegemónica comete el error de asimilar procesos biológicos a procesos psicosociales. Extrapola la noción de cuerpo a organismo y la noción de psiquismo al sistema nervioso central.

La doctora y psicoanalista Graciela Zarebski señala que “nuestro desafío era y sigue siendo, entender los condicionantes subjetivos, familiares, es decir del microcontexto , que inciden en distintos modos de envejecer” .

Después señala una serie de factores que expresa, “permitieron un cambio de paradigma gerontológico y psicogerontológico”; entre estos: “avances en las ciencias médicas, cambios culturales y sociales, surgimiento y
desarrollo de nuevas disciplinas de la subjetividad”. (Zarebski , G . , 2005)

Destaca la importancia del trabajo en prevención y promoción de salud a partir de edades tempranas trabajando el envejecimiento.

Atención psicológica de la tercera edad

Además, destaca el abordaje desde la complejidad de los aspectos que configuran el envejecimiento y van a “condicionar los vínculos o el aislamiento , los efectos psicosomáticos , la realización personal o el estancamiento”.

Le resta importancia a la resolución edípica como determinante de un envejecimiento sano y destaca “el peso del inconsciente escindido vinculado a mecanismos de desmentida, destinados a sostener un narcisismo nirvánico”, (Zarebski, G. , 2005); con esto quiere decir, una autoafirmación yoica, un sentido de la autoestima, de la fortaleza identitaria.

En esta mirada destaca como aspectos a considerar para la determinación de la patología en la vejez el predominio de mecanismos rígidos, la estereotipia y la no elaboración de duelos. Al mismo tiempo son buenos indicadores de salud los cambios, la transformación personal y del ambiente.

Hace la recomendación de mantenerse activo como “neutralizador” de sucesos traumáticos. También para prevenir el deterioro, la relevancia de las redes consigo mismo (redes neuronales y plasticidad cerebral) y con el entorno (vínculos). La resiliencia como lo que permite enfrentar las dificultades, las pérdidas, etc.

Es de gran relevancia poder narrar, relatar, tener a quién, la participación comunitaria así como con diversos soportes o apoyos.
Zarebski plantea también un aspecto filosófico. Qué sentido tiene la vida, más allá de nuestra funcionalidad a un sistema social, quiénes somos; y menciona la calidad de vida.

Un cambio de paradigma en el sentido del avance de las ciencias más allá de las estadísticas que mencionen que el promedio de vida aumentó como indicador de progreso, sino que se apunte a la calidad de vida.

¿Qué es lo que queremos?, ¿mayor longevidad con Alzheimer o una vejez sana?

Destaca el interjuego entre Eros y Tánatos, y agrega quien escribe: pulsión de vida o muerte (de Freud), o las fuerzas revolucionarias o reactivas (de Nietsche). Otra mirada interesante en esta línea es la del biólogo argentino Luis María Sánchez, quien mediante una investigación alcanzó una integración entre diversas dimensiones, lo psicológico, lo social y lo neurobiológico.

El biólogo desarrolla la hipótesis de que “la personalidad de relación social y comunicación muy limitada, pérdidas personales significativas e incapacidad de afrontar las mismas se encadenan en dirección al auto bloqueo perceptivo e instala el proceso denominado Alzheimer”.(Sánchez, L . M. ,2005).

Sus conclusiones son: “se deduce entonces que esta constricción aguda en lo relacional y comunicacional , sumado a la incapacidad de afrontamiento de las pérdidas personales, es el escenario de crisis en que se produce una desmotivación esencial para seguir viviendo, decisión que la persona afectada instrumenta mediante el bloqueo perceptivo, una modalidad de introversión social aguda, lo que desencadenará la anulación o aversión del reforzamiento natural de las redes neuronales, con la consiguiente desintegración progresiva de las funciones cerebrales. Estos son los lineamientos generales de la teoría psico – socio – neurobiológica sobre el origen del proceso de alzheimerización”.

Atención psicológica para la tercera edad

Esta articulación para el abordaje de una temática tan importante como la patología Alzheimer fue presentada en el Congreso de Demencias realizado en 2005 en Montevideo, al cual asistí y pudiendo comprobar al observar las reacciones que generó dicha presentación en neurólogos y profesionales de la salud, lo lejos que se está de asumir posturas como las de Sánchez y trabajar en esta línea. (Es claro que desde ese año hasta este 2021, se ha avanzado pero aún estamos lejos.)

Este congreso me recordó cuando leí las primeras conferencias de Freud en las que por fines del siglo XIX, principios del XX, él relataba las reacciones de sus colegas neurólogos ante sus revolucionarias teorías, las que tildaban de locuras, disparates y se reían en su cara.

En la misma línea destaco el enfoque del Psicólogo Robert Pérez, en el estudio de las Demencias, plantea también un cambio de paradigma en el abordaje de estas enfermedades o patologías. “Desde una perspectiva que intenta aproximarse a la complejidad de las mismas” . Señala “una estrategia integral de abordaje. . . ” . Destaca las líneas hegemónicas de estudio e investigación con sus potencialidades y limitaciones en cuanto a no realizar un abordaje de las demencias desde la interdisciplinariedad.

“Se plantea entonces la necesidad de incluir en los estudios la complejidad del fenómeno, así como el suficiente rigor científico que habilite una actitud antidogmática y no soberbia respecto a sus hallazgos”. (Perez, R. , 2005). Su perspectiva es la “Multidimensional ” que integra (a grandes rasgos), en su abordaje: lo somático, en cuanto a los componentes del sistema nervioso central; lo cognitivo en lo que tiene que ver con las funciones de alta integración cortical; la dimensión psicoafectiva y lo socio – familiar.

 

Este artículo fue modificado y tiene su origen de pasajes de las siguientes publicaciones: Psicología Clínica Social y Organizacional y Psicología de la Tercera Edad.

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