Por lo general, las personas llegan a la clínica muy angustiadas, estresadas y con grandes dosis de ansiedad. Aunque cada caso es individual, hay casos en los que el paciente llega con síntomas como los anteriores y con comportamientos que no son saludables para él. Con el paso de las sesiones, la persona suele mejorar estos síntomas. Su ansiedad disminuye, su comportamiento mejora y es capaz de visualizarse mejor con perspectivas de futuro. Mi principal herramienta de trabajo es la entrevista. A través de la observación verbal y no verbal estudio el discurso y las actitudes de la persona. La mejoría de la persona es cuando trasmite que está mejor, que por ejemplo, duerme mejor, se siente mejor en el trabajo, sus relaciones personales mejoran, se siente más tranquilo, menos ansioso, sus ganas de vivir su vida cotidiana aumentan. Esto es normal en la primera etapa y mientras el paciente asiste a la psicoterapia. Luego puede tener recaídas o estar más o menos bien, pero a medida que va profundizando en el análisis de sí mismo y de sus conflictos, la persona va adquiriendo las herramientas necesarias para ayudarle a comprender su propia situación y sus propios problemas. En definitiva, lo que hacemos en la terapia es ver las condiciones de producción de la subjetividad. Es decir, las formas de ver, sentir, pensar y actuar de la persona. Por lo tanto, el objetivo de la terapia es unir pensamientos, sentimientos y comportamientos.