La importancia de la confianza en la Psicoterapia
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La confianza en la psicoterapia. Potenciar la confianza en una relación terapéutica.
La confianza abarca funciones complementarias y recíprocas: confiar y ser digno de confianza.
La confianza en la psicoterapia puede ser una tarea de alto riesgo, tanto para el paciente como para el terapeuta.
Reconociendo la amplitud del impacto de la confianza en la psicoterapia, sugerimos formas de replantear la terapia a través de la lente de la confianza.
Cuando pregunto a grupos de terapeutas, pacientes y estudiantes cuántos de ellos creen que la confianza es muy importante en la psicoterapia, todos suben sus manos. Por más que esté salpicado en la literatura de psicoterapia, el término «confianza» se utiliza casi invariablemente sólo de pasada. Además, la confianza requiere fiabilidad, y centrarse exclusivamente en los problemas de confianza de los pacientes descuida lo que hace que los terapeutas sean dignos de confianza. Los terapeutas no deberíamos dar por sentada nuestra comprensión de la confianza o nuestra fiabilidad. No estoy cuestionando el carácter de los psicoterapeutas, sino el enfoque de nuestra atención.
Los psicoterapeutas han desarrollado e investigado cientos de modalidades terapéuticas; la proliferación continúa sin cesar, a pesar de la contribución primordial de los factores comunes a la eficacia de los tratamientos. Reforzar estos factores comunes –empatía, aceptación, autenticidad, capacidad de crear una alianza cooperativa- requiere desarrollar habilidades interpersonales. Abogo por reequilibrar nuestros esfuerzos y pasar de desarrollar terapias a fomentar el desarrollo de psicoterapeutas.
La investigación sobre los resultados del tratamiento justifica nuestra confianza en la psicoterapia. Sin embargo, crear una relación de confianza requiere algo más que conocimientos científicos. Los psicoterapeutas se enfrentan a los problemas de sus pacientes, entre los que destacan los conflictos relacionales. Los filósofos han reflexionado sobre estos problemas durante milenios, generando una rica literatura sobre ética que incluye un reciente interés en la confianza. Integrando la filosofía con la investigación sobre el desarrollo socio-cognitivo, interpreto el núcleo de la confianza como un compromiso conjunto con el objetivo cooperativo de promover el bienestar de la persona que confía.
La confianza abarca funciones complementarias y recíprocas: confiar y ser digno de confianza.
La confianza entra en juego cuando se depende de otra persona; la fiabilidad de esa persona implica una respuesta a tu dependencia. Puedes confiar en tu coche para que te lleve al trabajo o en un amigo para que te recoja. Tu coche puede ser fiable pero no le importa que llegues al trabajo; tu amiga aparecerá porque sabe que cuentas con ella, y contará con que estarás allí esperándola.
La confianza en la psicoterapia puede ser una tarea de alto riesgo. Pensemos en el paciente que se encuentra en una situación desesperada y que tiene un historial de traumas en las relaciones cercanas, habiendo sido descuidado, traicionado y abusado. Altamente desconfiado, el paciente se siente extremadamente vulnerable al pedir ayuda. En este contexto, los terapeutas no deben dejarse engañar por el ideal común de crear una alianza terapéutica de confianza como condición previa para aplicar métodos de tratamiento exitosos.
Más bien, el terapeuta debe llegar a ser digno de confianza para el paciente a lo largo de la relación, en la que una alianza que se desarrolla gradualmente estará salpicada de rupturas y reparaciones que harán que el terapeuta sea cada vez más digno de confianza.
Desde esta perspectiva, el desarrollo de la confianza comprenderá gran parte del trabajo de la terapia y podría constituir su resultado más importante. En un grupo de educación sobre el trauma, una vez propuse que la psicoterapia debería ser un puente hacia otras relaciones, y que puede ser difícil subir al puente. Un paciente replicó sabiamente que puede ser aún más difícil bajarse del puente. Podemos promover la generalización trayendo a otros al puente, como en la terapia de grupo y familiar.
Valido la desconfianza de los pacientes traumatizados y su prudencia al estar atentos e ir despacio. Más que hacer campaña por la confianza, mi objetivo es promover el discernimiento a la hora de confiar y desconfiar, lo que requiere juzgar la fiabilidad de los demás, algo nada fácil. La confianza en uno mismo no es menos difícil para los pacientes cuyo juicio se ha desviado.
Lo replanteo: La desconfianza no es el problema; más bien, la pérdida de oportunidades para confiar en personas dignas de confianza perpetúa la vulnerabilidad asociada a la autosuficiencia exclusiva, que hace que los pacientes se sientan solos en el dolor y el sufrimiento. Confiar en personas de confianza les hace menos vulnerables. En la medida en que sirva de puente, la terapia puede ser profundamente útil para promover una sensación de seguridad.
Considero que llegar a ser digno de confianza es un proceso de desarrollo y una aspiración; nos volvemos cada vez más dignos de confianza en cada relación y, en general, a lo largo de la vida. En términos generales, la confianza requiere atención y competencia.
Comenzamos a desarrollar la confianza en la infancia, inicialmente en el contexto de las relaciones familiares y luego en la relación con los compañeros. A lo largo de la vida adulta, aumentamos nuestra confianza con conocimientos y habilidades profesionales.
La experiencia continua mejorará nuestra fiabilidad en la medida en que trabajemos para aprender de ella. Dada la amplia comparabilidad de la eficacia entre los diferentes enfoques de la psicoterapia, la profesión no está en condiciones de prescribir métodos particulares; cada uno de nosotros debe guiarse por las inclinaciones personales y las oportunidades profesionales para integrar cualquier teoría y método que aprendamos a lo largo de un camino de desarrollo de toda la vida.
Nuestra confianza como terapeutas dependerá de nuestro bienestar personal. He tenido el privilegio de tratar a varios psicólogos estresados que buscaban un tratamiento hospitalario intensivo en el contexto de una situación difícil, siempre consternados por no haber practicado lo que predicaban. Además de ayuda profesional, estos psicólogos necesitaban lo que todos necesitamos: relaciones de confianza.
Traducción y adaptación para PsicologosMyS desde: Psicología Hoy.
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