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Resistencia, Cambio y Bienestar

Resistencia, Cambio y Bienestar

El concepto de Resistencia, Cambio y Bienestar en Psicoanálisis.

La psicología clínica, en particular el enfoque psicoanalítico, ha explorado durante décadas la compleja interacción entre la resistencia, el cambio y el bienestar en la psicoterapia. Estos conceptos son esenciales para comprender el proceso de transformación psicológica que experimentan los individuos en tratamiento. En este artículo, exploraremos en detalle estos tres pilares de la psicología clínica, brindando ejemplos y consejos prácticos para aplicarlos en la práctica terapéutica.

Resistencia:

La resistencia en psicoanálisis se refiere a los mecanismos de defensa que una persona utiliza inconscientemente para evitar enfrentar pensamientos, emociones o recuerdos dolorosos o conflictivos. Es como un escudo que protege el yo de lo que resulta amenazante o perturbador. Algunos ejemplos de resistencia pueden incluir la negación, la represión y la proyección.

Ejemplo:
Imaginemos a un paciente que constantemente minimiza sus problemas y se burla de sí mismo en la terapia. Esta actitud puede ser una forma de resistencia para evitar profundizar en sus verdaderos conflictos emocionales.

Cambio:

El cambio en psicoanálisis es el objetivo fundamental de la terapia. Implica la transformación de patrones de pensamiento, sentimiento y comportamiento que son disfuncionales o causantes de malestar. El proceso de cambio puede ser gradual y a menudo implica tomar conciencia de los patrones inconscientes y trabajar para modificarlos.

Ejemplo:
Un ejemplo de cambio podría ser un individuo que, a través de la terapia, adquiere una mayor comprensión de sus miedos y aprende a manejar su ansiedad de manera más efectiva, lo que mejora su calidad de vida.

Bienestar:

El bienestar se refiere al estado general de satisfacción y equilibrio emocional en la vida de una persona. En psicoanálisis, se busca no solo eliminar el malestar psicológico, sino también promover un sentido de satisfacción y plenitud en la vida cotidiana.

Ejemplo:

Un paciente que ha trabajado en su terapia para superar una depresión crónica puede experimentar un aumento significativo en su bienestar, disfrutando de una mayor alegría en las actividades diarias y relaciones interpersonales.

La comprensión de la resistencia, el cambio y el bienestar en psicoanálisis es esencial para cualquier psicólogo clínico. Estos conceptos ofrecen una hoja de ruta para guiar a los pacientes hacia una mayor salud mental y satisfacción en sus vidas. Recordemos que el proceso de terapia es único para cada individuo, y el papel del terapeuta es ayudar a identificar y superar las resistencias, fomentar el cambio y promover el bienestar.

Desarrollo con más detalle de los conceptos: Resistencia, Cambio y Bienestar en el contexto de la psicología clínica.

Resistencia:
La resistencia es un concepto fundamental en la psicología clínica, especialmente en el psicoanálisis desarrollado por Sigmund Freud. Se refiere a los mecanismos de defensa que las personas utilizan de manera inconsciente para evitar enfrentar pensamientos, emociones o recuerdos dolorosos o conflictivos. Estos mecanismos de defensa pueden manifestarse de diversas maneras, y su propósito principal es proteger el ego del individuo de lo que perciben como amenazante o perturbador.

Algunos ejemplos de resistencia incluyen:

Negación: La negación es cuando una persona se rehúsa a aceptar la realidad de una situación o un problema. Por ejemplo, un paciente alcohólico puede negar que tiene un problema con la bebida, a pesar de las evidencias.

Represión: La represión implica el olvido consciente de eventos traumáticos o perturbadores del pasado. Una persona puede haber experimentado abuso infantil y reprimir esos recuerdos para evitar el malestar asociado.

Proyección: La proyección ocurre cuando una persona atribuye sus propios sentimientos, pensamientos o impulsos no deseados a otra persona. Por ejemplo, alguien que se siente envidioso de un amigo puede acusar al amigo de ser envidioso en su lugar.

Entender la resistencia en la terapia es esencial porque permite al terapeuta identificar las barreras que impiden que el paciente explore y aborde sus problemas subyacentes. El trabajo terapéutico implica ayudar al paciente a reconocer y superar estas resistencias para que puedan enfrentar sus conflictos emocionales de manera efectiva.

Cambio:
El cambio en la psicología clínica se refiere al proceso de transformación psicológica que experimenta una persona durante el curso de la terapia. El objetivo principal de la terapia es facilitar el cambio positivo en la vida del paciente. Este cambio puede manifestarse en una variedad de áreas, como patrones de pensamiento disfuncionales, comportamientos autodestructivos, relaciones interpersonales problemáticas y síntomas psicológicos.

Algunos ejemplos de cambio incluyen:

Cambio en la percepción de sí mismo: El paciente puede desarrollar una autoimagen más positiva y saludable a medida que trabaja en su autoestima y confianza.

Cambio en patrones de comportamiento: El paciente puede aprender a enfrentar de manera más efectiva situaciones que solían evitar o a manejar la ansiedad de manera más constructiva.

Cambio en las relaciones interpersonales: A través de la terapia, el paciente puede mejorar sus habilidades de comunicación y resolver conflictos de manera más saludable.

El cambio en la terapia generalmente implica una mayor conciencia de los patrones inconscientes y una mayor capacidad para tomar decisiones conscientes y saludables. El terapeuta desempeña un papel crucial al facilitar este proceso de cambio.

Bienestar:
El bienestar se refiere al estado general de satisfacción y equilibrio emocional en la vida de una persona. En psicoanálisis y la psicología clínica en general, el objetivo no es solo eliminar el malestar psicológico, sino también promover un sentido de satisfacción y plenitud en la vida cotidiana del individuo.

El bienestar puede manifestarse de diferentes maneras, como:

Satisfacción con la vida: El paciente se siente generalmente satisfecho con su vida y sus logros.

Resiliencia: El paciente tiene la capacidad de enfrentar y recuperarse de situaciones estresantes o adversidades de manera efectiva.

Felicidad y alegría: El paciente experimenta emociones positivas con regularidad y puede disfrutar de las actividades diarias y las relaciones.

En la terapia, se trabaja no solo en la resolución de problemas y la superación de dificultades, sino también en la promoción del bienestar. Esto implica ayudar al paciente a encontrar un sentido de propósito, mejorar las relaciones, desarrollar habilidades de afrontamiento saludables y cultivar una mayor autoestima y autoaceptación.

En resumen, estos tres conceptos: resistencia, cambio y bienestar, están intrincadamente relacionados en la psicología clínica y son fundamentales para la mejora de la salud mental de los individuos en tratamiento. Comprenderlos y trabajar con ellos de manera efectiva es esencial para los profesionales de la psicología clínica y puede marcar la diferencia en la vida de los pacientes.

Terapias de Tercera Generación. Terapias Contextuales

En Qué Consisten las Terapias de Tercera Generación

Terapias de Tercera Generación o Contextuales

Las Terapias de 3ª Generación (TTG), basan su fundamento en el paradigma contextual. Llamado también, contextualismo funcional. Se contrapone a la mirada intrapsíquica para explicar los comportamientos. Los explica en base a miradas interactivas, contextuales y funcionales. En esto se diferencia de la terapia cognitivo – conductual. El trastorno no está dentro de una persona sino que la misma se halla en situaciones problemáticas y determinados ambientes o contextos, cumpliendo además funciones determinadas.

Se hace hincapié en el rol de las estrategias de cambio experienciales y contextuales. Tenemos dos principios claves para las intervenciones terapéuticas de las TTG que son la Aceptación y la Activación. El primero se refiere a abandonar la búsqueda de bienestar permanente que a su vez, genera la llamada “Evitación Experiencial”. Esto quiere decir, aceptar los síntomas y el malestar como parte de la vida o experiencia vital normal.

La Activación se refiere a que la persona ya no va a dirigir esfuerzos hacia evitar el malestar sino que va a realizar acciones transformadoras de su realidad en la dirección de sus metas de vida. La eficacia de este tipo de terapia va a estar dada por los logros personales de la persona partiendo de poder tener claros sus valores. No tiene que ver con los síntomas eliminados.

Además es importante lo que tiene que ver con poner el foco de atención en el momento presente de la vida de la persona. Se enfoca en la función psicológica que cumplen los eventos concretos (por ejemplo, pensamientos). Se trata de analizar y alterar el contexto verbal de los que estos eventos cognitivos resultan un problema. Esto se realiza mediante metáforas y otros ejercicios y técnicas como las paradojas y ejercicios experienciales. Se intenta que la persona se percate de que intentar controlar los pensamientos es parte del problema. 

Es importante para este enfoque terapéutico apuntar hacia la flexibilidad psicológica. Esto implica la aceptación en contraposición a la evitación experiencial, la activación conductual con acciones comprometidas contrapuesto al bloqueo o inactividad, vivir el momento presente y no estar anclado en el pasado o futuro, la defusión cognitiva contrapuesto a la fusión cognitiva, el yo como contexto contrapuesto al yo como concepto, la clarificación de valores contrapuesto a una vida sin dirección.

Este concepto de flexibilidad psicológica parte más desde la Terapia de Aceptación y Compromiso que es una de las más importantes de las TTG. Tenemos también la Terapia Analítica Funcional, Terapia Dialéctica Conductual, Terapia Analítica Funcional, Terapia de Activación Conductual, Terapia Breve, y otras que se entrelazan como Mindfulness, Sistémica.

¿A qué se refiere la innovación de la psicología clínica de las terapias de tercera generación? 

Las TTG han innovado en lo que tiene que ver con la alternativa que brindan en relación a la pluralidad terapéutica y los sistemas diagnósticos. La “Hiperreflexividad” es una de las características que se plantean como aspecto común de varias patologías o estados de salud mental. 

Además, se plantea una visión diferente en cuanto a no tomar como tan importante los diagnósticos tradicionales como por ejemplo los del DSM. Esto quiere decir que al haber una insatisfacción con los sistemas diagnósticos del modelo médico, el modelo contextual plantea dimensiones comunes transdiagnósticas (Hiperreflexividad). 

Para ello se apoya también en la eficacia que han tenido los abordajes médicos tradicionales como el de la medicación psiquiátrica, los que no han tenido una eficacia comprobada y que incluso la industria farmacéutica no ha continuado con la investigación. Si bien no se contrapone al modelo médico, el enfoque contextual viene a mejorar o renovar este abordaje terapéutico.